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La Cuevita Sagrada

Un Refugio Seguro

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Conectando con la Mujer Sabia que me habita

Hay momentos muy particulares donde sentimos un llamado a conectar con lo más profundo de nuestro ser. Es un espacio en el que nos sentimos llamadas a darnos a nosotras, a regalarnos un tiempo para sentir la Divina presencia de todo lo que es a través de lo que somos.

El constante ruido mental en el que estamos inmersas en nuestro día a día nos llevan a mirar en todo momento hacia fuera, nos desconectan de la esencia sagrada de nuestra Alma, por ello nuestro cuerpo femenino es tan sabio, nos abre un espacio para que le demos la atención merecida al ser amoroso y puro que siempre está presente en cada una de nosotras.

Las mujeres en nuestra danza cíclica transitamos un periodo especial que nos pide parar o alentar nuestros hábitos de actividad diaria, el cuerpo mismo nos va dando avisos de cuando es momento de hacer esa pausa para nosotras, una pausa consciente y amorosa que nos otorguemos para descansar con el fluir de nuestra sabiduría. El estado físico de nuestro cuerpo nos pide ir más despacio, bajar las revoluciones de lo que siempre hacemos. Es aceptar que así cómo en nosotras esta fluyendo la sangre que es vida, nosotras fluimos con ella en un abrazo amoroso, cálido, contenedor de nosotras hacia nosotras mismas. No necesitamos quedarnos tumbadas en la cama sin hacer nada, ni necesitamos dejar de ir a trabajar o hacer nuestra vida normal… aunque no estaría mal hacer sin hacer nada.

Este periodo es también normal pero Sagrado, lo único que nos pide es un “estar presente para nosotras” con la intención de darnos ese tiempo, no el que nos quede después de nuestro movido día, sino un momento dedicado donde se calme la turbulencia de los pensamientos. Es sentirnos, es escucharnos y atender nuestras propias necesidades. Es un espacio reflexivo de transmutación física, mental y emocional que conecta con la Divina presencia de la Diosa en cada una de nosotras para la preparación de un nuevo ciclo que pronto comenzará. Ya vendrá luego el tiempo para ponernos en acción nuevamente, pero cuando estamos en nuestra fase menstruante, en sintonía con el ciclo de la luna, en la obscuridad, es ir hacia adentro porque necesitamos preparar el terreno interior limpiando lo que no es necesario llevar al siguiente ciclo. Por ello, este instante es mágico!

Las mujeres en una constante actividad mental podríamos sentirnos qué hay tantas cosas por hacer que no hay momento para el descanso. Basta un breve espacio con consciencia para lograr el propósito de este momento… «la transmutación de un nuevo renacimiento». La vida afuera sigue y seguirá sin nosotras pero el regalo de darnos calma por un momento nos ayuda a estabilizarnos, a no sentirnos agotadas o desgastadas física, emocional o energéticamente para recomenzar nuestra habitualidad.

«La fase menstruante en nuestro ciclo nos abre una puerta desde nuestro interior donde nos invita a pasar a nuestra cuevita sagrada, un refugio seguro para conectar con la magia de la transformación»

Aprovechar la sabiduría de esta fase donde está presente la energía de la Mujer Sabia, de la Anciana, nos ayuda activando nuestra intuición, fortaleciendo la magia interior para que descansadas física, mental y emocionalmente nos mantengamos conectadas con la pureza y belleza de nuestro verdadero Ser.

Tomemos unos minutos al día en este periodo que al mes puede ser de 3, 4 ó 7 días para bajar nuestro ritmo. Por eso cuando menstruamos el cuerpo nos pide tener más cuidado cuando estamos en movimiento, pero lejos de hacerle caso, queremos seguir con nuestra rutina acelerada de vida, cuando lo que en ese momento requerimos en realidad es más descanso.

Poner atención a lo que nuestro cuerpo nos va pidiendo en cada una de nuestras fases es estar en constante observación de los cambios que vivimos sin juzgamiento, entonces podemos tener respuestas a preguntas o guía que pedimos.

Estas son algunas de las cosas que se puedes poner en práctica para conectar con esa voz interior, con la espiritualidad sagrada que por esencia somos:

  • Otórgate 10 minutos al día para estar en un espacio tranquilo, puede ser un parque, tu recámara,  una pequeña oficina sin que haya otras personas, sólo cierra los ojos y observa sin juzgar lo que sientes. Enfoca la atención en donde estás y deja que los pensamientos así como vienen se vayan. No te detengas en ninguno. Ayuda mucho si al inicio te apoyas en la respiración para que la mente no esté parloteando.
  • Puedes salir a caminar por un espacio calmado y sin ruido, observar la vida que está presente a tu alrededor y agradece por ese momento que es para ti. Hazlo sola para que puedas estar en silencio.
  • Si acostumbras a realizar todos los días ejercicio, sería lindo que esos días descanses, pero si sientes que no estás “cumpliendo” con algo, sólo baja la actividad. Haz cosas que no requieran mucho esfuerzo y atención mental.
  • Puedes estar en casa y avisar que tomarás 15 minutos para estar en tu habitación, por favor que no te interrumpan, es una cita contigo, entonces puedes escuchar música que te relaje, que te invite a la calma mental. Hay infinidad de música relajante en YouTube.
  • Puedes dibujar mándalas o tomar una libreta y escribir lo que vaya fluyendo desde ti. Quizá no tenga coherencia pero no importa, sólo escribe lo que sientas que necesitas expresar.
  • Puedes aprovechar este espacio para reflexionar lo que hiciste en el último mes, y revisar si las decisiones tomadas te hicieron sentir paz y calma, si hay algo que no lo hizo, sería bueno considerar hacer algún cambio.

Lo importante es que este tiempo sea para ti, tus seres queridos cercanos lo agradecerán porque al salir de este espacio que es nuestra cuevita de “auto-contención” saldremos despejadas, liberadas, descansadas y con la energía renovada a través de este proceso de transmutación sagrado, estando con nosotras y para nosotras, sabiéndonos suficientes y agradecidas de nuestra existencia. Las personas que te aman comprenderán que cómo mujeres necesitamos este espacio de calma para nosotras y quien no lo comprenda, puedes platicarlo para hacerle saber que nuestra energía es diferente a la de ellos y necesita en ese momento ser renovada.

Con cariño…

Sandy Dueñas